Hoy...

Ya va un mes desde el viaje infinito del Nacho.

Hoy en vez de ir a la misa conmemorativa organizada por su madre, me quedé mirando a los pajarracos que pululan por las rocas viñamarinas.

Reeeeeesulta que una clásica gaviota dominicana tuvo suerte en su caza matutina, ya que desde el fondo del océano resurgió con una suculenta estrellita amarilla.

Orgullosa con su captura, la gaviota se pavoneaba entre los roquerios, mostrando a todas las otras aves, su brillante tesorito.

Uno de esos patos negros que graznan como chanchos, conocidos originalmente como Pato Yeco , miraba desde lejos el espectáculo y en sus locas ganas de apoderarse de aquella estrella, partió con su andar tiritón, sacando pecho y prolongando alas a enfrentar a la dominicana.

Unos tiernos gaviotines monjas , al sentir que iba a quedar la grande, abrieron alas al unísono y volaron juntos rumbo al puerto, supongo…

Mientras tanto, la gaviota seguía exponiendo su amarilla estrella, cuando en eso se acerca el pato chancho, con claras muestras de querer pelear.

No se quien dio el primer paso, solo se que de súbito comenzó una revuelta de grandes proporciones.

Entre un griterío histérico y un constante batir de alas de los pájaros espectadores. Pato chancho y dominicana se miraban fijamente a los ojos, mientas el primero seguía sacando pecho y lanzando picotazos ciegos a la dominicana, esta por su parte no soltaba ni porsiaca a la estrella de mar.

Creo que estuvieron así por cerca de 30 segundos, hasta que gaviota se aburrió del pato chancho tirao` a choro y elevo alas a quien sabe donde…

…junto a estrellita amarilla de mar.